Segundo avistamiento de ballenas


Ya estábamos instalados en Bahía Solano, habíamos salido de «El Valle» y lo extrañábamos, la calidez y el trato casi como de mamá de Jeannet, la dueña del hotel «El Valle». Pero bueno. Nos encaminamos hacia el puerto de Bahía Solano donde abordamos las lanchas. Éstas eran mucho más cómodas, tenían inclusive un piso de madera aislando a los pasajeros del agua de sentina. También la conducción era mucho mejor, el lanchero estaba acostumbrado a tratar con turistas por lo que la travesía no fue como domar un potro salvaje.

Partimos. Recorrimos la bahía, que parece un lago de lo tranquilo de sus aguas y salimos a mar abierto. Si, se notaba la diferencia. Y comenzamos a esperar. Nada. Como ya teníamos experiencia, unos verdaderos veteranos en la observación de ballenas … Exagero. Pero si nos armamos de paciencia, por que ya sabíamos como era. Vimos un tronco flotando y nos acercamos a él. En el camino la primera ave, un piquero volando.



Piquero pardo volando (Sula leucogaster), originalmente cargada por Aztlek.

Al rato se posó aparatosamente en el tronco.

Y digo aparatosamente, por que daba la impresión de estar cansado y al mismo tiempo el tronco no era muy estable por lo que se movía y el trataba de mantener el equilibrio. Sin embargo nunca perdió la dignidad. Las aves son hermosas hasta en esas circunstancias tan incómodas.

Después se alejo graciosamente volando.



Piquero pardo volando (Sula leucogaster), originalmente cargada por Aztlek.

Después de eso no pasaba nada, Esperamos y esperamos, esta vez con mayor paciencia que la anterior. Mirábamos ya sabiendo que buscar. Cuarenta y cinco minutos y

— ¡Miren! un chorro, hay están las ballenas — esta vez la voz era más calmada, de alguien que ha vivido la experiencia, pero que no puede dejar de emocionarse.

El lanchero aceleró para acercarnos, pero con la delicadeza para no estrellarnos desesperadamente contra las olas.

Nos acercamos. Y ya se estaban sumergiendo. Había que esperar más.

Mientras pasó volando un piquero juvenil. Y en esas condiciones tan incómodas de un bote probé a hacer una fotografía en pleno vuelo.

Al parecer ya estoy aprendiendo a tomar fotos de aves en vuelo.

Pero no tuvimos que esperar mucho tiempo para que volvieran a emerger.

[_DSC1591.jpg] Aleta dorsal de una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae). Dorsal fin of a humpback whale (Megaptera novaeangliae).

También pude tomar una fotografía de la aleta dorsal y al fondo la vegetación de la costa.

[_DSC1613.jpg] Aleta dorsal de una ballena jorobada II (Megaptera novaeangliae). Dorsal fin of a humpback whale II (Megaptera novaeangliae).

Nos acercamos mucho, más que la vez pasada. Creo que estábamos a unos escasos seis metros de la ballena más cercana.

[_DSC1619.jpg] Aleta dorsal de una ballena jorobada III (Megaptera novaeangliae). Dorsal fin of a humpback whale III (Megaptera novaeangliae).

Y más cerca aún.

Emocionante.

El ruido que hacen al salir o entrar al agua sólo lo pueden hacer ellas. Y ese nadar pausado, poderoso y majestuoso sólo ellas lo pueden hacer. Por lo que creo que no hay más que decir.

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