No sólo se ve aterrador en la foto, en persona lo es aún más, teniendo en cuenta que éste ejemplar juvenil pesaba como dos toneladas y aunque «reptan» cuando están en tierra pueden ser más rápidos que una persona.
Y estábamos con el grupo de exploración mirando semejantes moles dormidas, parecían una piedras, cuando éste aterrador macho se despertó y comenzó a rugirnos. El guía inmediatamente nos echó para atrás, si no lo hubiéramos hecho el macho podría habernos perseguido y hacernos daño.
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