Es un parque nacional dedicado a esta hermosa cordillera y con toda razón. Desde que uno entra se evidencia una organización orientada el ecoturista. Lo primero que hacen es entregarte un mapa, en él, están marcadas todas las rutas. Hay distintos tipos de rutas: a pie, en bicicleta, en kajak. En todas ellas dice el nivel de dificultad, el tiempo promedio de recorrido, los puntos de interés, incluidos los de contemplación panorámica. Y al final de cada ruta dice si hay albergue, comida, camping, etc. Con ese pequeño mapa uno puede planear toda el recorrido por el parque. Y también, en el terreno, las rutas están perfectamente demarcadas, nada de letreros arruinados por la intemperie, o mal puestos; todo en su sitio y con un impacto visual mínimo (no arruina el paisaje). Ojalá en algún momento los parque de mi país lleguen a ese nivel.