Linda: La perrita chanda callejera

Cuando ella la vio no era un perro, más bien era algo que se arrastraba, o mejor, reptaba. De un horrible color negro grasa de taller y si uno le ponía el dedo entre las costillas este se salía al otro lado. La expresión saco de pulgas le quedaba corta, tal vez se le debería llamar caldo de cultivo de parásitos, pues lo tenía todos, internos y externos. Unas semanas a atrás la había arrollado un auto y básicamente la había dejado parapléjica. Era tan, pero tan fea que la llamaron Linda y era totalmente infeliz.

Sin embargo, en la foto está feliz desṕues de haber caminado ella sola más de diez kilómetros, a una altitud de más de tres mil metros sobre el nivel del mar a ritmo de caminante en el páramo de Guacheneque, el lugar donde nace el río Bogotá. ¿Cómo pasó ésto? Puedes saber la historia de Linda contada por ella misma en su blog Perrita Chanda Callejera Busca.