Estábamos caminado por la vera de Caño Cristales, cuando los otros caminantes comenzaron a llamarme.
— Un Búho, un búho — Decían entusiasmados mis compañeros caminantes — ¡Alejandro!, ¡Alejandro, para que le tome una foto!
Realmente yo nunca había visto uno. Si, soy muy citadino. Pero a pesar de ello supe inmediatamente que éste era un juvenil casi un bebé de búho, pero era grande.
— ¿Y la mamá — Pregunté preocupado y mirando para todos lados.
— Está al otro lado.
Realmente nunca la pude ver. No me preocupaba que nos atacara o algo así, sino que dejara tan desprotegido a su bebé.
Pero no perdí el tiempo a apliqué la técnica de acercamiento que he ido aprendiendo. Y todo esto por lo que no tengo un lente más largo. ¡Pero ha servido para aprender! Una toma, un paso, tratando de hacer el mínimo de ruido; otra toma, otro paso. Hasta que el ave se acostumbra y le es indiferente . De esta forma he llegado hasta tener la ave muy cerca, unos pocos metros. Ese fue el caso de éste buhito. Claro hay que tener cuidado de no perturbar al ave. Estamos en su casa, no en la nuestra.
Categoría: Fotografía Etiquetado: 70-300 mm, AF, AF Zoom-Nikkor 70-300mm f/4-5.6G, baby, Búho, bebé, Caño Cristales, caminantes del retorno, Colombia, D60, f/4-5.6G, f1:4-5.6, f4-5.6, Meta, Nikkor, Nikon, owl, Sierra de la Macarena, UFraw
Pingback: Bitacoras.com
Pingback: Búho bebé II « Foto-Blog Aztlek