La niebla. Una vez vi un episodio de «De repente Susan» en la que el fotógrafo tomaba fotos a la niebla, Susan no le creía mucho a esta asignación, pero cuando amplió las fotos y se las mostró al equipo de redacción cada persona quedaba como hipnotizada por las fotografías. Yo creía que era broma, ¿cómo podían ser las fotos de la niebla tan atrayentes?
Un tiempo después comencé mi curso de fotografía en una de esas caminatas le tomé fotos a los árboles en la niebla. Y si las fotos eran hipnotizantes, el problema fue que eran diapositivas y de esa forma son muy difíciles de compartir con los demás. Así que quedé con la molestia.
Años después, cuando por fin tuve el dinero para comprarme una reflex digital descubrí lo gratificante que era compartir las fotos con otras personas por red. Pero no podía olvidar esas fotos en la niebla.
Pues en la última caminata la niebla se cerró sobre nosotros y comenzó a dar un sin numero de oportunidades fotográficas. Y entre esas quiero compartir con ustedes ésta.